viernes, 25 de julio de 2008

martes, 18 de diciembre de 2007

La Ciudad de Espejos sin Reflejos


En la ciudad de espejos sin reflejos,
Donde los sueños simples números son;
siempre un esclavo te acompaña a tu lado,
ese lacayo se llama igual que vos.

Una llamita vos llevás en el pecho,
pensás el fuego que te hace vibrar,
ese que no deja escuchar tus latidos,
sentirte fuerte a la adversidad.

No se si compraré su receta,
ya me cansé tan solo de navegar,
lamiendo heridas, comentado locuras,
esas que a vos nunca te van a pasar.

Soy soberano, capitán de malarias,
hermafrodita sin cuerpo y sin piel,
soy extranjero en los lugares que quiero,
soy el que ignora lo que hay en cartel

COMUN, ES EL TRAJE QUE MEJOR NOS SIENTA
PARECE SER ESA HOY LA OPINIÓN.
UN PANDEMONIUM DE RATAS ASESINAS
DONDE LA MUERTE ES UN MENSAJE AMOR.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Estamos ahí!!

La angustia psíquica tiene límites; las raudas asperezas, molestas e incompatibles pueden ser moldeadas; los frenéticos azotes recibidos pueden transformarse en melifluas caricias complacientes... los acontecimientos implícitos enumerados se cuentan por miles. La realidad es nada más que una mentira impuesta: este circo vudú de ofertas impagables hace las veces de escenario pugilístico... nuestras manos están sostenidas por cadenas indestructibles, mientras el héroe aclamado por la multitud, morbosa e ingenua, destruye nuestro encéfalo en cómodas cuotas de Garbarino.
El sueño americano es ya un microchip clonado que viaja por nuestras arterias y nervios, ya fagocitado y mimetizado con ellos. El Plan parece perfecto. Sin embargo, la totalidad de las voces no está en su bolsillo; los ecos tímidos aún suenan en nuestro callejón. La balacera cerebral no conquistó el anhelado genocidio. Lenta, muy lentamente, las grietas se abren.

viernes, 9 de noviembre de 2007

La genealogía de los sentidos

Números, cifras, repeticiones, secuencias... exacerbación de una mismidad indeseada. Repetición frenética de acontecimientos imposibles. En un callejón distante y gélido parece converger esta realidad- ficción impuesta.
Huracanes impiadosos de datos superfluos, tifones contingentes de un pasado que no fue y un futuro que no será. En este escenario, en esta obra de teatro a la que llamamos vida, en donde no nos es permitido ensayar, libramos una batalla estéril ante los monstruos moldeadores de rumbos ajenos.
Esta gran sopa insípida nos es regalada; al igual que el manual de la felicidad inventada. Mientras tanto, los artífices de miserias propias, pendulamos entre un sufrimiento arraigado y un goce anhelado. Entre naufragios en los mares del dolor y el sueño desahuciante de un camino propio.
Desafiando la endeble estructura encefálica que llevamos como barrera ante los insumos aberrantes que depositan en las sienes con la finalidad de forjar así un ejército de clones sin brillo; reticentes ante la sangría psíquica librada a granel, alzamos un aullido mudo en una tierra de sordos, destilando desesperación ante miradas ciegas y cautivas... en una tierra que mucho conoce de cifras e ignora por antonomasia las emociones reveladoras emergentes de nuestros habitáculos internos. Somos la resaca de una orgía de la que no participamos, somos el condimento de la salsa que llevaremos al ser devorados. Somos el acechante escalafón de resistencia... y nos llaman LOCOS...

Berni